Desde hace varias temporadas, el mono ocupa un lugar importante en el guardarropa moderno. Más allá de ser una prenda de inspiración masculina (tiene su inicio en los mamelucos de los talleres) se impone casi con la misma fuerza de un vestido negro. Esta versión de lanilla es ideal para los días fríos y permite llevarse con una camisa cerrada hasta el último botón, con una remera o una polera de color. La noche lo recibe perfectamente sobre la piel con un colgante o con un top con brillos. De día y de noche, en verano y en invierno, es un aliado de las 4 estaciones.

Mono de lanilla con cuello polo y cierre delantero @renner_arg polera de algodón acanalado @laspepasinst y botinetas altas de gamuza @sofi_martire