Las líneas puras se alinean con colores acotados y eternos. Una silueta simple y sin ornamentos donde cada prenda habla su propio lenguaje en un diálogo con la paleta que recorre tonos neutros que van del blanco al negro con contrastes de gris y camel. Las texturas juegan otro papel importante en esta moda que prioriza el confort dentro y fuera de casa.