Es riguroso, sofisticado y también casual. Combinar diferentes texturas multiplicará la paleta que nunca es única. Para el día y para la noche este clásico siempre es un buen aliado.
Saco esmoquin, pantalón al tobillo y vestido evasée con volados en el lateral (Markova), junto con sandalias planas (Grimoldi).
El tailleur esmoquin sobrevive y es siempre una buena apuesta. Las más tradicionales lo pueden llevar con un top de satén y las audaces lo podrán usar con un vestido como si fuera una túnica corta.
Vestido corto de seda con bolsillos (Calvin Klein) y sandalias con tiras de velcro (Hush Puppies).
El clásico vestido negro es el mejor aliado para el día a día que siempre queda bien y funciona para todo tipo de ocasiones.
Musculosa de hilo tejido abotonada en el frente, camisa con cuello bebé y pollera de organza y seda (Blue Sheep). Sandalias con tiras de piel ecológica (Sofi Martiré).
Le decimos sí a las transparencias a plena luz del sol, sobre todo si se llevan con una estética naif y relajada.
Saco cruzado, mono de satin con escote halter que ata en la nuca y sandalias franciscanas (Sofia).
Pensando en un atardecer al aire libre o una noche elegante, un mono con largo tobillero y un blazer se llevan todas las miradas. Además multiplican opciones de look juntos y por separado.
Vestido de largo midi de tencel con nudo central y cartera rectangular de cuero con correa (Prüne).
Para las amantes de los vestidos, adoptar aquel de largo midi (a media pantorrilla) es la mejor opción. Un básico sencillo que transcurre desde el día hasta la noche.
Camisola de seda, polera mangas cortas, pantalón con lazo en la cintura y sandalias con plataforma dentada (Paula Cahen d´Anvers).
Tres piezas esenciales que bien combinadas suman apuestas: la camisola de seda lavada, la remera con cuello alto y el pantalón con cintura alta. Las sandalias con medias avanzan al otoño en línea recta.
Modelo: Guadalupe Chao para Lo Management.
Producción: Alejandro García.
Fotografía y edición: Christian Beliera
Maquillaje y peinados: Guillermo Parra (Mala Peluquería)