El porcelanato siempre fue uno de los revestimientos ideales, ya que se puede utilizar tanto en exterior como en interior, siendo ideales para lugares de alto tránsito, pero dándole un toque especial a los espacios residenciales. También funcionan a la perfección para paredes.
Este tipo de pisos están fabricados a partir de una combinación de cuarzos, arcillas y otros materiales, que se moldean, se prensan, se someten a un proceso de secado y se tratan a una temperatura de más de 1.300° C. Tienen tres veces más resistencia al desgaste que la cerámica tradicional y absorben una cantidad muy baja de agua, por lo que se los puede mojar sin que sufran daño o se manchen, además, son muy fáciles de limpiar, no requieren un mantenimiento especial y se caracterizan por una larga durabilidad sin que cambie su aspecto original.