Que los colores tienen el poder de transformar nuestro estado de ánimo es un hecho, afirman la neuroarquitectura y la psicología del color. Durante el último tiempo, el uso de colores para mejorar el estado de ánimo se volvió tendencia en el mundo de la moda bajo el término “dopamine dressing” o “moda dopamina”. Este concepto se trasladó a la decoración, en donde no solo está presente en los colores vivaces, sino también en la incorporación de objetos originales, estéticamente agradables o estrechamente relacionados a la personalidad de quien los elige.

No hace tanto tiempo, debido al aislamiento obligatorio por la pandemia, los espacios que habitamos cobraron especial importancia. La decoración comenzó a ocupar otro lugar en la vida de las personas, más allá de la finalidad estética o de lograr espacios de revista. En este aspecto, esta tendencia es versátil y su aplicación puede variar de acuerdo a la persona que la implemente: cada quien es feliz con algo distinto. El objetivo es lograr un entorno propicio para el bienestar, a través de colores activosque promueven el optimismo y la alegría. Se trata de tonos asociados a personalidades seguras, dinámicas y divertidas, como los que conforman la paleta Be Energetic.